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13 noviembre, 2018
¿Dónde están los líderes?
  • Posted By : Administrador Axius/
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  • Under : Inspiración , Sostenibilidad

Hace unos días en la presentación del último libro de José Luis Quintero, Liderazgo Basado en Virtudes, alguien del público hizo una pregunta de las que me gustan saborear con una copa de vino: “¿Dónde están los líderes de hoy?”.

Y es que más allá de nuestra costumbre de admirar más a los muertos que a los vivos, las personas tendemos a crear expectativas en los demás sobre cómo tendría que ser nuestra vida. Esperamos responsabilidad de los políticos, las empresas, el jefe, los profesores, nuestros padres, la pareja, los amigos, los hijos… de escribirlo ya me agoto. Queremos que hagan lo que tienen que hacer, que se comporten “bien” con nosotros 🙂

Esto, amigos, es inalcanzable e insostenible. Pero no todo está perdido. El austriaco Alfred Adler, creador de la psicología individual, revolucionó las teorías del psicoanálisis, proponiendo que nuestro propósito de vida consista en:

  • Tener el valor de ser nosotros mismos, que no vivamos en función de cómo otros, la sociedad, quieren que seamos. Que nos relacionemos de forma horizontal, dejando atrás cualquier sentimiento de inferioridad o superioridad con los demás.
  • Recuperar el sentimiento de comunidad, sintiendo que formamos parte de un todo y que nuestro valor reside en el impacto que tenemos en otras personas.

Si cada uno fuera capaz de seguir su propósito, cada uno sería el líder que buscamos fuera de nosotros.

Claramente no es una tarea fácil, es una responsabilidad y una oportunidad para sentirnos “bien” con todas nuestras relaciones, empezando por la que tenemos con nosotros mismos.

Esto es algo que vivimos en la filosofía Axius cuando asesoramos en liderazgo sostenible y colaboramos en la planeación estratégica de nuestros clientes. Como profesionales del sector de la Responsabilidad Social Corporativa, solemos analizar campañas, programas y casos de éxito de empresas. Y a pesar de que siempre hay aspectos cuestionables, la conclusión es: ¡al menos tienen el valor de hacer algo!, no se quedan con ganas de empezar. Todo suma.

Satisfacción y engagement con clientes, empleo digno, diversidad e inclusión, huella ambiental, voluntariado, donativos a causas sociales, logística inversa, pueden ser las acciones más destacadas para impulsar la sostenibilidad de un negocio.

Ser más humilde, leal, valiente, paciente, disciplinado, auténtico, responsable y menos controlador, rencoroso, injusto y menospreciado son ejemplos de liderazgo sostenible.

En definitiva, no se trata de ser un líder o una empresa perfecta, se trata de ser conscientes de los impactos que tenemos sobre nosotros y los demás, buscando mejorarlos cada día.

¡Salud!

María Gomez
Socia Directora


30 octubre, 2018
Los líderes también duermen
  • Posted By : Administrador Axius/
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  • Under : Calidad de vida , Inspiración

¿Cerré la puerta con llave? Capaz no me debí comer ese segundo plato de cereal. Y menos ese Kit Kat. Mi jefa hoy no me escribió, debe odiarme. Tengo que dejar de cerrar los correos con “¡Saludos!”. Voy a borrar “Creativo” de mi bio en Instagram. ¿Cuál habrá sido la razón para hacer que las Stories duren 15 segundos? Espero algún día pensar tanto en mí como pienso en ese tarado. Obvio me estoy enamorando. ¿Si dejo de comer una semana podré comprarme un pasaje a Tulum? No cerré la puerta.

Así como algunos no lloran, yo pocas veces he sido de los que muestra estrés en público. No se me da. De hecho, cuando intento verbalizar el estrés, suelo cerrar con un chiste (casi siempre burlándome de mí mismo). Pero tan pronto apago las luces para dormir, se encienden todas mis preocupaciones: las que evado, las que me invento y hasta las que no son mías.

Dentro de nuestra metodología de liderazgo en Axius, hay una evaluación de calidad de vida-estrés que le da mucha importancia a cómo dormimos. Aquí suelo caerme cada vez que la tomo. Porque, claro, no dormir desencadena en mí toda una serie de eventos desafortunados: me levanto de mal humor, solo me provoca comida chatarra, me convenzo de que la Coca-Cola es la fuente de la vida, no me concentro, doy con las peores ideas, mi falta de paciencia se hace evidente y hasta las canciones viejas de Shakira me aturden.

Y como las redes sociales ya leen hasta nuestros pensamientos, Twitter me arrojó un video promocionado de Business Insider sobre… Sí, lo adivinaron: la importancia de dormir más de 4 horas. Resulta que según Brad Stulberg, autor de «Peak Performance: Elevate your Game, Avoid Burnout and Thrive with the New Science of Success» (o el libro con el nombre más largo del mundo), dormir es una de las cosas más productivas que podemos hacer:

“We like to think that it’s during the day that our minds are growing and that our bodies are getting stronger, but it’s actually quite the opposite. It’s only when we sleep that both our physiology and psychology grow. (…) It’s when we sleep that our mind consolidates, stores and connects all the information that we’ve been exposed to during the day”.

Al parecer, el señor Stulberg quiere decirme que hago más por mis problemas durmiendo que quedándome despierto usándolos como instrumentos de tortura. No solo porque al descansar tengo más estabilidad emocional al día siguiente, sino porque mi cerebro va a poder ver las soluciones con mayor claridad. Y allí es donde entramos en una de las áreas más grises del liderazgo: ¿el que menos descansa es el que más hace?

Pues, no. A menos que alcancemos el siguiente eslabón de evolución humana, todos necesitamos descansar (Shakira puede ser una excepción porque ella está atendiendo otras cosas menos mundanas). Si no dejamos (dejo) que nuestras mentes (mi mente) tengan el descanso que necesitan, jamás podremos (podré) conocer nuestro máximo nivel de eficiencia y efectividad.

Poco a poco he ido aprendiendo que mientras más me esfuerzo por cumplir con mi lista de pendientes, menos golpes de pecho me doy al intentar dormir porque sé que hice todo lo que podía hacer ese día. Entonces, llega la noche y apago las luces solo para recordar mi capítulo favorito de Friends o tararear “Pies Descalzos” antes de caer rendido. Y ese esfuerzo que hago un día me permite descansar y ser más eficiente al siguiente. Ojo, dormir no nos garantiza ser mejores líderes, pero al menos no estaremos de mal humor averiguándolo.

Edmundo Bianchi
Consultor


9 octubre, 2018
Cómo me convertí en una líder libre, justa y digna
  • Posted By : Administrador Axius/
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  • Under : Calidad de vida , Inspiración

Siempre he sido una persona que busca ayuda de expertos cuando sé que sola no lo podré resolver. Y creo que mi decisión de trabajar en consultoría va en línea con esa idea de que en algún momento todos necesitaremos que alguien nos guíe y me da mucha satisfacción ser yo quien ayude a otros.

En mi caso particular, el psicoanálisis me ayudó a conocer mi inconsciente y resolver situaciones en una etapa de cambios y retos constantes; el coaching me impulsó a establecer y cumplir objetivos profesionales puntuales; pero fue Liderazgo Basado en Virtudes, metodología creada por nuestro socio José Luis Quintero, la que realmente me movió el piso, al mostrarme de forma contundente de qué estoy hecha y por qué siempre reacciono y actúo igual frente a los retos que me plantea la vida.

Liderazgo Basado en Virtudes pasó a formar parte de los servicios de Axius hace 3 años. Es un método práctico que entre otras cosas permite identificar nuestro perfil de virtudes, para así enfocarnos en trabajar aquellas que por no tener desarrolladas nos generan emociones negativas y frenan nuestro crecimiento. También nos permite descubrir nuestro propósito de vida, pero en este artículo quiero centrarme en el impacto que tiene para los líderes el desarrollar su virtudes, porque sólo así serán capaces de cumplir su propósito.

Todos los que nos hemos enfrentado al reto de promover el crecimiento de otras personas hacemos lo que consideramos más conveniente de acuerdo a nuestra experiencia y forma de hacer las cosas. Yo, por ejemplo, terminaba siempre haciendo el trabajo de otros porque era más eficiente que sentarme a darles feedback; o limitaba mis días de vacaciones porque sentía que mi equipo no lo vería bien; o me costaba muchísimo mantenerme firme con los clientes a la hora de negociar por miedo a perder el proyecto. En fin, siempre actué obedeciendo a emociones negativas o buscando cumplir expectativas mías y de otros, pensando que ese era el deber ser.

Estas situaciones no son más que el reflejo de virtudes que demandaban ser trabajadas. Denotan falta de justicia, libertad y dignidad. Una vez que identifiqué estas carencias, me enfoqué en desarrollarlas con tareas que ofrece el método y comencé a ver los resultados en muy poco tiempo:

  • Hacer una pausa para dar feedback y entrenar a mi equipo para que realicen el trabajo que les corresponde me permitió ganar más tiempo para mí y el equipo desarrolló más habilidades.
  • Preguntarme siempre qué realmente quiero hacer (y hacerlo) me permitió desarrollar mi libertad. Con el tiempo he logrado contagiarlo al equipo, que hasta hace nada no se atrevían a tomar un día de home office.
  • Dedicarme a mí, regalándome cosas y tiempo para hacer lo que me gusta, me ayudó a valorarme más y como resultado, otros comenzaron a darle un mayor valor a mi trabajo.

Ser líder y manejar equipos no es nada fácil. Poder inspirar a otros requiere de mucha claridad en el porqué de lo que hacemos. A esto es lo que llamamos propósito y descubrirlo implica conocer y aceptar nuestras carencias, y un compromiso por trabajarlas toda la vida.

Yo en estos 3 años entendí que aplicar las virtudes para mejorar mi vida y la de otras personas, es lo que me permitirá dejar una huella en el mundo, sea cual sea el tamaño.


12 septiembre, 2018
Social media o la imperiosa necesidad de pertenecer
  • Posted By : Administrador Axius/
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  • Under : Inspiración , social media

Tengo mucho que agradecerles a las redes sociales. Mi primer trabajo de comunicaciones fue como community manager para una agencia digital. A través de ellas conocí a mi primer novio (y a la mayoría de los amores fallidos que le siguieron). La distribución igualitaria de memes me ha permitido aceptar al menos una manifestación del socialismo sin querer salir corriendo. #TheStruggleIsReal

Sin embargo, también me han hecho cuestionar muchas cosas en los últimos años. Trabajar en ellas se puede volver monótono y hasta ingrato. Son muy pocos los casos de usuarios que de verdad las usan para contar una historia sin dejarse llevar por la superficialidad de las formas. Entre Stories, tuits y ‘check-ins’, nadie se preocupa por vivir el aquí y el ahora. Si no lo publicaste, ¿realmente pasó?

Cuando algo crece tan rápido como lo hizo el social media, el despropósito se vuelve colectivo. Esto no es necesariamente algo malo. Son tantas las herramientas disponibles que cada quien puede hacer con las redes sociales lo que mejor le parezca. Pero sí llegamos a olvidar la razón por la que existen: crear comunidad.

Jeffrey F. Rayport, profesor de Harvard Business School y experto en temas de marketing digital, vislumbró esta afirmación en su artículo What Is Facebook, Really? de 2011:

“Facebook is magnetic as a function of its social engagement. People are drawn to it, because people are drawn to people. That’s why we gather in crowds for sporting events, political rallies, and mass celebrations on New Year’s Eve. (…) Connection is a human imperative. Technology that hyper-enables it should, logically, thrive”.

En todos los workshops sobre social media que he dado, siempre recalco que el Internet existe para 2 cosas: solucionar un problema o entretenernos. Acudimos a las redes para saciar la primera, que es buscar sentirnos identificados con alguien o algo más que está fuera de nuestro entorno físico; pero nos quedamos por la segunda, porque después de todo, ¿existe algún límite sobre lo que podemos saber de las Kardashian?

Y en esa necesidad de identificación y reconocimiento en otros, está escondido el why de Facebook, Instagram, Twitter y el resto del ecosistema: crear y tener siempre a la mano (literalmente) una comunidad de personas que reaccionen a mis fotos, videos y memes; que compartan mis alegrías, miedos e inseguridades; que estén, como yo lo he estado tantas veces, buscando el amor mientras hago el trayecto de mi casa a la oficina.

Cuando las redes empiezan a afectarme emocionalmente, es porque me dejo llevar por lo que no debe ser. Compararme con otros, creer que los que sigo llevan las vidas perfectas que muestran, acosar a mi ex (y a la mayoría de los amores fallidos que le siguieron). Aunque conozco los trucos y las máscaras, mi dignidad no resiste. Aquí hay un trabajo personal offline que tengo que atender ASAP.

Pero lo que ha hecho que pueda trabajar en ellas por tantos años (y que no las cierre cada vez que mi ex sube una foto feliz), es siempre recordar que cualquier esfuerzo digital tiene que ser por y para una comunidad mucho más grande que cualquiera de nosotros. Detrás de cada perfil, hay una persona real que espera, quiere, necesita. Una persona que está recibiendo miles de estímulos por segundo. Una persona que está leyendo esta publicación.

Tener eso en mente es la única forma que conozco de construir y trascender. Y no solo aplica para digital, también para la creación de marcas, desarrollo de acciones sostenibles, formación en liderazgo. Dar con las necesidades de una comunidad siempre será una razón correcta para arrancar y seguir trabajando.

Edmundo Bianchi
Consultor


28 agosto, 2018
¿La autoexplotación es el camino a la realización?
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  • Under : Calidad de vida , Inspiración

Si bien la vida adulta trae consigo un montón de responsabilidades y exigencias, intento enfocar mucha de mi energía diaria en cosas que me ayuden a ser cada vez mejor. Ya sea leer un libro o aprender algo nuevo, creo que toda formación debe ser integral. El problema está cuando, por llevarlo muy lejos, se vuelve contraproducente.

Hace un tiempo estaba platicando con un amigo de la universidad y salió el tema de cómo muy pocas veces nos damos la oportunidad de despejar nuestra mente y distraernos, sin cargarnos con el peso de pensar qué es lo que estamos haciendo para nuestro futuro.

Él es una persona a la que siempre he admirado porque está en constante movimiento, con diversos proyectos en puerta, pero me di cuenta que tanto él como yo vamos por la vida con una constante insatisfacción. Siempre estamos cansados y nada parece ser suficiente.

Entre una cosa y otra, asoció nuestra plática a un libro: La sociedad del cansancio de Byung-Chul Han. Muchas de las referencias que hizo me causaron curiosidad y sentí una urgencia tremenda por leerlo. Lo conseguí tan pronto pude y quedé impactada al entender que no solo mi amigo y yo estábamos pasando por este conflicto.

Se trata de un conjunto de enfermedades neuronales que resultan en un agotamiento constante debido a la «autoexplotación». El autor explica que vivimos en la época de la “sociedad de rendimiento”, que no es otra cosa más que la sociedad en la que viven los individuos que están saturados de sí mismos, que pueden llegar a trabajar jornadas exhaustivas para cumplir con las autoexigencias que se imponen.

Es la sociedad en la que el momento de aburrimiento y reflexión escasean.

Este libro me ha hecho analizar el peso que le damos al rendimiento cuando pensamos en “éxito” y en cómo esto puede afectarnos de maneras que pocas veces reconocemos. “No ‘poder-poder-más’ conduce a un destructivo reproche de sí mismo y a la autoagresión”1.

El momento de mi vida que más relaciono con esa “autoexplotación” fue mi último año en la universidad. Estudiaba, trabajaba en un despacho tiempo completo diseñando “stands” y al salir, hacía el servicio social. Resistí, pero nunca lo disfruté porque corría de un lado al otro.

Siempre debemos creer que podemos, pero no bajo condiciones que vayan en contra de nuestra felicidad.

Nos ponemos demasiada presión sobre los hombros, porque nos enseñaron que esa es la manera correcta de hacer las cosas. El esfuerzo desmedido parece ser la única forma posible de asumir la adultez con responsabilidad. Sin embargo, estamos quemándonos al punto del agotamiento.

Estoy convencida que no es la mejor manera de asumir ningún reto. Todos tenemos un proceso único y no existe fecha de caducidad o tiempo ideal para poder lograr la mejor versión de ti, así que podemos trabajar en nosotros cada día y disfrutarlo también.

Fer Maya
Consultora

1 Extractos de La Sociedad del Cansancio (Byung-Chul Han, 2010).


14 agosto, 2018
Malos momentos que agradecer
  • Posted By : Administrador Axius/
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  • Under : Calidad de vida , Inspiración

Es extraño dar las gracias por lo malo que nos pasa, pero es justo en esos momentos cuando valoras muchas cosas que dabas por hecho. Yo era de esas personas “haters” que prefieren ser antipáticos ante todo y culpan al mundo de lo malo que les pasa.

Un día, en una sesión de Plan V, José Luis Quintero, me dijo: “cuando sientas que vas a explotar, agradece la bendición que te llevó a esa situación”; yo pensé, ¿cómo voy a agradecer lo malo que me pasa?”. Pero con el tiempo me di cuenta de lo bien que eso funciona. Desde algo tan simple como el tráfico de la ciudad, hasta algo tan sensible como la pérdida de un ser querido.

La fórmula es muy sencilla:

Me enojo (situación) / analizo (el porqué) / reflexiono (hay una buena razón para estar en esta situación); así agradezco la bendición que me llevó hasta este punto.

 

 

Sé que suena un poco raro, pero no puede haber tráfico sin que tengas auto, un destino al cual llegar o alguien a quien visitar; por eso es importante evitar tener altas expectativas y siempre tomar decisiones con base a tus virtudes.

Quisiera compartir 3 momentos en los que, un cambio de perspectiva evitó horas y horas de frustración.

  • Mi jefe me quería correr

¿Casual no? Aunque parezca cliché así pasó y no porque esa fuera mi perspectiva; él me lo dijo de frente. Al principio, la situación parecía imposible y estuve por rendirme varias veces, hasta que entendí, que se trataba de un reto de vida y sacó lo mejor de mí.

Hoy recuerdo esas noches sin dormir y el día que él tomó otro camino, como dice el dicho, las cosas caen por su propio peso y él no fue la excepción. Gracias a esa vivencia valoro más el trabajo en Axius y la cultura interna que vivimos.

¿Qué aprendí? a ser más humilde, viendo mis áreas de oportunidad y a ser perseverante al afrontar los obstáculos.

  • México + Ecatepec = Adiós carro nuevo

Sí, como es común en el país, me bajaron de mi coche y se lo llevaron, así de fácil, sin más detalles. Primero me enojé por la acción y la violencia del momento, pero tuve mucho tiempo para reflexionar (con las horas de espera en el MP -Ministerio Público-); ahí aproveché para agradecer el estar ileso y tener el “respaldo” de una aseguradora; así como la oportunidad de empezar de nuevo o usar el dinero recuperado para algo mejor.

¿Qué me llevo de esta experiencia? Desarrollé mi aceptación y protección y valoré otras cosas por encima de los bienes materiales.

  • Mi segunda mamá se fue

Mi abuelita fue estuvo presente toda mi niñez, la pasé en su casa todos los días hasta que no estuvo más, el momento llegó. Murió en casa, me tocó verla sin vida en su sofá como acostumbraba y al abrazarla sentí una frialdad como nunca y entendí todo en un segundo.

Lloré, me molesté con la vida, lloré más, pero supe que era su momento y que el quererla tanto la mantenía con nosotros y que ese dolor tan grande era por lo mucho que la queríamos. Entonces me sentí bien, sentí mucha paz, sonreí y agradecí el haber podido compartir momentos con ella, tenerla el tiempo que estuvo con nosotros, el pasar tantas operaciones y padecimientos sólo para estar un poco más de tiempo con nosotros.

De cada mal momento obtuve varias enseñanzas, pero aprendí dos cosas muy importantes: la primera es a tener aceptación ante todo lo que suceda; que no se puede controlar cada momento de la vida y, que si aprendemos improvisar sobre la marcha, disfrutaremos más la vida. La segunda, es a agradecer lo que venga, lo que tengo y lo que no. Si algo te duele mucho es porque fuiste muy feliz con ello, agradece esa bendición.

 

No busques un significado a las cosas malas que pasan. Disfruta la vida con lo dulce y lo amargo, ya que solo hay una oportunidad de vivir y qué mejor que hacerlo con una sonrisa.

 

Erick del Olmo
Consultor

La ley de tu Razones José Luis Quintero www.tuplanv.com


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